
Una visión propia...
Capilla del Monte es reconocido a nivel nacional e internacional como un foco turístico de gran importancia. Cada año miles de visitantes llegan a este lugar ubicado en el Valle de Punilla. Muchos se ven atraídos por sus bellezas naturales y paisajes, otros por la tranquilidad que se respira y se siente en el pueblo; y también están aquellos que llegan en busca de poder saciar sus inquietudes sobre cuestiones esotéricas que tanto han dado que hablar.
Estos turistas son recibidos con los brazos abiertos por los lugareños como Osvaldo y Silvia, que brindan alojamiento a todos aquellos que quieran pasar y disfrutar de las bellezas del pueblo. Osvaldo es dueño del Hotel Roma, uno de los hoteles más antiguos de Capilla del Monte, y es quien lleva adelante el proyecto de hospedaje familiar que comenzó su abuelo hace ya 100 años. Comenzamos por preguntarles qué era lo que atraía, a su entender, a tantos turistas y cómo fue cambiando el flujo de estos en el pueblo. Osvaldo, que vivió toda su vida en el hotel, nos comentó que antes la gente venía en familia y se quedaban 2 semanas por lo general; hoy en día son matrimonios sin niños los que llegan y la estadía de estos es de aproximadamente de 2 o 3 días a lo sumo. Si bien en la actualidad es mayor el movimiento turístico del lugar, la gente opta por quedarse pocos días y realizar actividades relacionadas en su mayoría al ámbito de lo místico y esotérico. El resto de los atractivos turísticos son desestimados, siendo imposible visitar todos en tan poco tiempo. Sobre esto Osvaldo nos decía: "te puedo garantizar que vos venís un mes a Capilla y no terminas de conocer todo". Con esa frase dejó en claro lo que nosotros ya habíamos pensado en viajes anteriores, ya que cada vez que salíamos del pueblo nos íbamos con un lugar nuevo para volver a visitar.
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Cuando les preguntamos sobre el momento en el que se dio esta explosión turística, ambos estuvieron de acuerdo en lo mismo: "Eso comienza en el año 86 con la huella del pajarillo, ahí es donde se produce una explosión mediática, que si fuese por mí no la hubiera mediatizado, capilla con el boca en boca hoy en día sería lo mismo y el turismo hubiera crecido igual", comentaba Osvaldo mientras su esposa aseveraba. La famosa "Huella del Pajarillo" es una extraña marca que apareció sobre la ladera del Cerro Pajarillo, donde se evidenciaba grama quemada de una forma muy particular y que según cuentan las fuentes apareció de la noche a la mañana. Este fenómeno marcó un antes y un después en la Localidad de Capilla del Monte.

"Todo lo que se dio fue un cambio positivo en cuanto a la calidez del pueblo, pero como nativo hubo un periodo de crecimiento muy brusco y descontrolado no solamente por la falta de infraestructura si no por la gente que entraba." Esa era la respuesta de Osvaldo sobre si el cambio había sido positivo o negativo. Silvia además aclaró que en el año 2001 se incrementó de manera brusca la cantidad de personas que venían de otras provincias, como Buenos Aires, y se quedaban a vivir en Capilla del Monte. Es en ese momento que empiezan a surgir barrios como "El Faldeo", con gente de afuera, que llegó al pueblo con la idea de llevar un estilo de vida diferente al que tenía.

Gracias a la gran heterogeneidad que la localidad posee, se encuentran diversas posturas sobre los cambios que se fueron dando. Algunos se postulan a favor, otros en contra. Pero decidimos quedarnos con la frase que Osvaldo y Silvia nos dejaron: "Capilla del Monte tiene algo muy particular, diferente a todos los otros pueblos, apenas llegas el mismo te acepta o te rechaza. Si te rechaza no te encontrás a vos mismo ni en lo económico, ni en lo político y ni en lo humano. Pero si te acepta va a dejar que te encuentres con el verdadero pueblo, esa Capilla de los pequeños y bellos lugares".
